
Ubicado en el corazón de Puebla, México, el Estadio Cuauhtémoc se erige como un testimonio del amor duradero del país por el fútbol. Este icónico estadio, con su rica historia y diseño innovador, ha sido una piedra angular de la cultura deportiva mexicana durante más de medio siglo.
Un legado nacido de sueños olímpicos
La historia del Estadio Cuauhtémoc comenzó en 1966 cuando se inició su construcción bajo la dirección del renombrado arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, el visionario detrás de otros hitos mexicanos como el Estadio Azteca. El estadio fue construido principalmente para servir como sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 1968, pero sus diseñadores tenían la mira puesta en un escenario aún más grandioso: la Copa Mundial de la FIFA de 1970.
Completado en 1968, el Estadio Cuauhtémoc fue inaugurado el 6 de octubre de ese año, justo antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos. El partido inaugural vio a la selección mexicana enfrentarse a la República Checa en un emocionante empate 1-1, sentando las bases para décadas de momentos futbolísticos inolvidables.
Evolución a través de los años
Inicialmente construido con una capacidad de 35,000 espectadores, el Estadio Cuauhtémoc ha experimentado varias expansiones y renovaciones para mantenerse al día con las crecientes demandas del fútbol internacional. La expansión más significativa se produjo en preparación para la Copa Mundial de la FIFA de 1986, que vio aumentar la capacidad del estadio a más de 46,000 al agregar dos niveles adicionales a los lados largos.
En 2015, el Estadio Cuauhtémoc se sometió a su renovación más ambiciosa hasta la fecha. El proyecto, anunciado por el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, tenía como objetivo modernizar el estadio y aumentar su capacidad. La renovación incluyó:
• Ampliar la capacidad de asientos a 51,726
• Renovar las gradas existentes y el techo
• Agregar nuevos niveles superiores con un techo más ligero
• Instalar una fachada de mosaico ETFE única de 30,000 metros cuadrado
Esta renovación no solo aumentó la capacidad del estadio, sino que también lo transformó en una maravilla arquitectónica. El Estadio Cuauhtémoc se convirtió en el primer y único estadio en América Latina en contar con una fachada completamente cubierta de ETFE, consolidando su estatus como una innovación en diseño textil y arquitectura deportiva en México.
Hogar de gloria deportiva
A lo largo de su historia, el Estadio Cuauhtémoc ha sido el hogar del Club Puebla, albergando innumerables partidos de la Liga MX y siendo testigo de los triunfos y tribulaciones del equipo. Más allá del fútbol doméstico, el estadio ha sido sede de numerosos torneos y eventos internacionales, incluyendo:
• Torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Verano de 1968
• Copa Mundial de la FIFA 1970
• Copa Mundial de la FIFA 1986
• Partidos de la Liga de Campeones de la CONCACAF
• Copa Interamericana
• Campeonato Sub-20 de la CONCACAF 2013
Un partido histórico: El cuarto de final de la Copa Mundial de 1986
Aunque el Estadio Cuauhtémoc ha visto su cuota de partidos memorables, un juego se destaca en los anales de la historia del fútbol: el cuarto de final de la Copa Mundial de la FIFA 1986 entre Bélgica y España.
El 22 de junio de 1986, el estadio estaba lleno hasta los topes mientras dos pesos pesados europeos se enfrentaban en un partido que pasaría a la historia de la Copa Mundial. El juego fue un asunto tenso, con ambos equipos mostrando su destreza táctica y espíritu de lucha.
España tomó la delantera al principio de la segunda mitad a través de Emilio Butragueño, pero Bélgica empató tarde en el partido gracias a un gol de Jan Ceulemans. Con el marcador empatado 1-1 después del tiempo extra, el partido se fue a penales.
En una tanda de penales que mantuvo a todos en vilo, Bélgica emergió victoriosa, ganando 5-4 en los penales. El drama y la emoción de este partido ejemplificaron la magia de la Copa Mundial y cimentaron el lugar del Estadio Cuauhtémoc en la historia del fútbol.
El Estadio Cuauhtémoc hoy
Hoy en día, el Estadio Cuauhtémoc continúa siendo una joya en la corona deportiva de México. Con su diseño innovador, rica historia e instalaciones de última generación, sigue siendo uno de los principales recintos futbolísticos del país.
Como el cuarto estadio más grande de México, el Estadio Cuauhtémoc continúa albergando partidos y eventos de alto perfil. Su única fachada ETFE, que permite impresionantes juegos de luces, lo ha convertido en un verdadero hito en Puebla y una fuente de orgullo para los aficionados locales al fútbol.
El legado del estadio se extiende más allá del fútbol, sirviendo como un recinto multiusos para conciertos, eventos culturales y otras competiciones deportivas. Su continua relevancia y capacidad para adaptarse a los tiempos cambiantes aseguran que el Estadio Cuauhtémoc seguirá siendo una parte integral del paisaje deportivo de México para las generaciones venideras.
Desde sueños olímpicos hasta la gloria de la Copa Mundial, el Estadio Cuauhtémoc ha sido un testigo silencioso de algunos de los mejores momentos del fútbol. Tal como se encuentra hoy, esta maravilla arquitectónica continúa inspirando asombro y pasión, encarnando el espíritu del fútbol mexicano y el legado duradero del hermoso juego.

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